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Muchas veces me pasan cosas sorprendentes con los bebés, aún con los desconocidos, en un viaje, en un negocio, en cualquier lado.... al tener contacto visual con ellos, la mayoría me soríen enseguida, y alguna vez he escuchado comentarios diciéndome que eso era algo raro porque eran bebés un poco huraños. Lo más asombroso me ocurrió viajando, cuando la mamá de una beba observó que me hacía gestos juguetones como yo a ella y vió como la chiquita extendía sus bracitos hacia mí, entonces ella que la tenía recostada en su regazo, la tomó con sus manos y me la ofreció para que yo la pudiera alzar en mis brazos!!! Fue algo muy fuerte y me emocionó una actitud en apariencia poco natural, porque yo era un extraño, pero ella siguió su instinto, la tomé unos segundos y cuando se la devolví le agradecí un poco confuso.
Estas cosas me ocurren hace pocos años y una amiga que hace unas semanas fue testigo directo de una de estas situaciones, me dijo un poco en broma, un poco en serio: y ustedes los hombres también tienen un reloj biológico, aunque no corra tan rápido como el nuestro. Debe ser cierto, porque soy un devoto creyente de la intuición femenina.
Ningún otro logro personal me enorgullece tanto. Porque en el fondo son cosas mundanas, que a lo sumo halagaron mi vanidad, y lo que halaga mi vanidad se marchita pronto.
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Modo Híbrido
