A mí me parece una barbaridad, así como una cobardía, porque se enfrenta una muchedumbre armada contra un único animal. Me gustaría ver a cada uno de esos que van a caballo con la lanza, si se enfrentarían al toro desarmados y cara a cara. Entonces sí que me parecería un acto de valentía.
Y prestos a mantener tradiciones, hubiese preferido que se mantuviese, por ejemplo, la de la lucha de los gladiadores en el circo. A fin de cuentas, ahí luchaban dos personas en igualdad de condiciones, cada uno pertrechado con el arma que quería. En cambio, en los festejos taurinos, la ventaja siempre es del hombre.
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