Sentimentalmente manda mucho el corazón, digamos que estamos predispuestos a ser más flexibles, tolerantes y comprensivos. Hasta ese punto lo veo de esa forma, manda el corazón pero con dosis adecuadas de razón y sentido común. Cuando la razón ya toma el mando y aparta al corazón, mal asunto, o vas a hacer algo que va contra los sentimientos de la otra parte o ya es que te estás defendiendo de sus actitudes, de los malos rollos y contemplas seriamente terminar con esa relación.
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