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Para dejar de sufrir por amor tienes que cambiar la forma de ver las cosas. Es muy difícil, pero la clave está en como tu ves el mundo. Un mundo nuevo donde tu amado ya no siente lo mismo por ti por mucho que te ruegue y que te diga cosas...
Si está conociendo a otra ¿no crees que es motivo suficiente para que tu puedas buscar ahora la compañía de una persona que te ame exclusivamente a ti en otro sitio?
Te pongo un extracto de uno de los libros de Goethe. Habla sobre el desamor. No sufras más. Es precioso.
--- Extracto del libro ---
¿Es preciso que lo que constituye la felicidad del hombre sea de igual
forma el origen de su miseria?
Aquel sentimiento cálido y pleno de mi
corazón ante la vivaz naturaleza, que inundaba mi alma con torrentes
de delicias y convertía en un paraíso el mundo que me rodea, ha llegado
a ser un insoportable verdugo, un espíritu que me atormenta y me
persigue por todas partes.
<< el mundo visto desde el amor >> (nota mia)
Cuando miraba otras veces desde las crestas
de las rocas, más allá del río, hasta las lejanas colinas, el fértil valle y
veía que todo germinaba con lozanía a mi alrededor; cuando veía estas
montañas bordadas, desde la falda hasta la cima, de espesos y
corpulentos árboles; estos valles salpicados de risueña floresta en todos
sus contornos; el arroyo apacible que deslizaba, adormecido por leve
ruido de los cañaverales, reflejando las matizadas nubes, que la brisa
suave de la tarde se balanceaba en el cielo; cuando oía a los pájaros,
animando con su voz la enramada, mientras copiosísimo enjambre de
insectos jugueteaba alegre en los últimos rayos del sol, a cuyo destello
el escarabajo, oculto antes debajo de la hierba, abandonaba, zumbando,
su prisión; cuando el ruido y la vida llamaban mi atención hacia la
tierra y el musgo que arranca su alimento a la dura roca y las retamas
que crecen en la pendiente de la seca colina, me descubría la íntima,
ardiente y santa existencia de la naturaleza, ¡con qué júbilo tomaba
todos estos objetos mi corazón emocionado! Yo estaba como un dios en
este mar de riqueza, en este enorme universo, cuyas formas sublimes
parecían moverse, animando toda mi creación en lo más profundo demí. Me rodeaban enormes montañas; tenía delante de mi desfiladeros
de gran hondura, donde se precipitaban torrentes de tempestad; los ríos
se deslizaban bajo mis pies; oía un rugido en los bosques y los montes,
agitándose y confundiéndose todas estas fuerza enigmáticas en las
profundidades terrestres, mientras sobre ella, y bajo el cielo,
revoloteaban las razas infinitas de los seres que lo pueblan todo de mil
maneras diferentes. Y los hombres se consideran reyes de este vasto
universo, acurrucándose juntos en el nido de sus pequeñas moradas.
¡Pobre loco, a quien todo debe parecer mezquino, porque eres muy
pequeño! Desde la inaccesible montaña y el desierto que ningún pie ha
pisado a la fecha, hasta la última orilla de los océanos desconocidos, lo
anima todo el espíritu del creador, gozándose en estos átomos de polvo,
que viven y lo entienden. ¡Ah!, cuántas veces deseaba entonces, con las
alas de la garza que pasaba sobre mi cabeza, trasladarme a las costas
de ese inmenso mar, para beber en la espumosa copa de lo infinito esas
dulces delicias y sentir, aunque sólo fuera por un instante, en el
corazón, una gota de felicidad del ser que todo lo engendra en él y por
él. Hermano mío, el recuerdo de tales momentos es suficiente para
darme fuerza. Más aún, los esfuerzos que hago para recordar estos
sentimientos inexpresables, para alcanzar a entenderlos, elevan mi
alma sobre sí misma y me obligan a sentir la doble angustia de mi
estado actual.
<< el mundo visto desde el desamor >> (nota mia)
Parece que se ha levantado un velo delante de mi alma y el escenario de
la vida interminable no se convierte ante mis ojos en el abismo de la
tumba, siempre abierta. ¿Puedes decir “esto existe” cuando todo pasa,
cuando todo se precipita con la rapidez del rayo, sin conservar casi
nunca sus fuerza, y se ve, ¡ay!, encadenado, tragado por el torrente y
despedazado contra las rocas? No hay momento que no te consuma,
que no acabe con los tuyos; no hay instante en que no seas, en que no
debas ser destructor; tu paseo más inocente cuesta la vida a millares de
pobres insectos; uno solo de tus pasos destruye los dedicados edificios
de las hormigas y sumerge todo un pequeño mundo en una tumba.
¡Ah!, no son las enormes y escasas catástrofes del mundo, no son las
inundaciones, los temblores de tierra, que acaban con nuestras
ciudades, lo que me conmueve, no. Lo que me lastima el corazón es la
fuerza devoradora que se oculta en la naturaleza, que no ha producido
nada que no destruya a su prójimo y a sí mismo.
De este modo, avanzo yo con angustia por mi camino de poca
seguridad, cubierto por el cielo, la tierra y sus fuerzas activas; y sólo veo
un monstruo dedicado noche y día a devorar y destruir.
Al agitar por las mañanas el yugo de una pesadilla, es en vano que
extienda los brazos hacia ella; en vano que la busque por la noche en
mi lecho, cuando un sueño alegre y simple me hace creer que estoy en
el campo, sentado a su lado, tomado de su mano y colmándole de
besos. ¡Ah!, cuando todavía embriagado por el sueño busco esa mano yme despierto, un raudal de lágrimas brota de mi apretado corazón y
lloro sin remedio, pensando en las tinieblas del futuro.
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