Yo he dejado mi país durante seis años y tres meses y no fue directamente por amor, pero fue un viaje que al principio iba a durar unas pocas semanas... y duró lo que duró. La primera causa de la prolongación de mi estadía tuvo que ver con una chica, pero luego me fui dando cuenta que un nuevo lugar en el mundo no es necesariamente una acumulación de pérdidas, también es una inagotable fuente de oportunidades...
Cuando se cambia de país (en mi caso también fue de continente) por un tiempo de cierta importancia, más de un año como mínimo, uno comienza a vivir un constante desafío que provoca un surgimiento de energías y habilidades que nos eran desconocidas, es como un segundo nacimiento.. Inebitablemente uno se enamorará... y si es con una nativa de pronto nos daremos cuenta que comenzamos a ser menos extranjeros, sus amistades y familiares comenzarán a tenernos en cuenta y nosotros a ellos, y los nuestros seguirán estando, seguirán existiendo y algun@/s vendrá/n a visitarnos... y nosostros también volveremos alguna vez a pasar las fiestas. Es que seguimos habitando en el mismo planeta después de todo. No nos hemos ido al otro mundo.
Y si acaso nos hemos ido tras un amor, lo único necesario es ir con la mente abierta y el corazón en paz...
El mundo es tan vasto... y el amor también...
|