El olor a alcanfor en el armario de mi padre, el olor a ozono de los juguetes con motores eléctricos, son aromas que me agradaban bastante, y lo digo en pasado porque no los he olido ya.
¡Odile! me recordaste el aroma del puerto en mi infancia, que olía a todo, peces muertos pudriéndose, derivados del petroleo que arrojaban los pescadores desde sus embarcaciones de motor, las piedras...