No tengo nada en contra del matrimonio. Tampoco es malo. Lo que perjudica la imagen de dicha unión es el uso que hacen de él. Decisiones precipitadas, poco aguante...
Creo en la familia tradicional, me he criado dentro de una y la valoro así como la aprecio. Además me gustan los niños y claro que, por supuesto, querría los míos propios. Algún día sí me gustaría...