Prácticamente los uso todos, algunas camisetas, algunos regalos. No dejan de se r objetos útiles que me dan ánimos. Además, si me producen algún recuerdo, es bonito pensar que esa persona y yo nos amamos un tiempo y teníamos buenos deseos el uno para el otro.
Sé que ellas guardan lo que les regalé de la misma manera, o al menos es lo que me dicen.