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Muy buenas a todos. Vengo a contar mi historia, será largo imagino, pero intentaré no hacerlo pesado.
Llevo más de dos años sin pareja. A comienzos de este 2015 (finales de febrero) me reencontré con una vieja compañera de cuando íbamos al bachillerato. Siempre hubo buen rollo en ese grupo y de vez en cuando nos juntábamos para cenar e irnos de fiesta. Ella apenas se dejaba ver ya que tenía novio. Su relación con aquel novio se acabó unos tres meses antes de este reencuentro. Estuvieron juntos cinco años, tres o cuatro de convivencia. Ella lo dejó porque consideraba que su relación se desgastó. El tipo no se hacía a la gente, perdió actividad social, etc...
El caso es que por aquella reunión de compañeros de clase ella se ofreció a recogerme. En fin, tanto la ida como la vuelta fueron muy agradables, hubo feeling. Subí a casa pensativo ante el buen rato vivido. A los pocos días fue mi cumpleaños y fue la primera en felicitarme esa mañana. Total, durante todo el mes de marzo nos dedicábamos a hablar por las noches tras el trabajo, cada vez con mayor profundidad en nuestras conversaciones. Una vez me dio una pequeña sorpresa y se presentó sin avisar en mi tienda. Pequeños detalles que iban llamándote la atención.
En fin, ante tanto buen rollo ella me sugirió a finales de marzo que quedásemos los dos. Fuimos de paseo por la playa. Me sorprendió el plan, era muy romántico. El caso es que en persona todo esto era aún mejor que por Whatsapp. Empezamos a hablar de nuestras cosas, muy pronto cogimos confianza. Teníamos mucho en común. Ella seguía ofreciéndome cosas que hacer. En menos de un mes nos enrrollamos. Ella dijo que si todo seguía como hasta el momento, era inevitable formalizar la situación, pero me pedía que no nos desesperásemos.
Fueron semanas estupendas. Llegó el puente del Primero de Mayo y vivimos unos días estupendos. Un día antes de ese 1 de mayo fuimos a una tetería, le conté algo muy personal, se echó a llorar y me abrazó. Sentía que quería estar con esa persona. Lo tuve clarísimo entonces. No sólo era cuestión de pasarlo bien, besarnos y otras cosas... ella se había convertido en una especie de confidente. Quizás, además de amante, fue mi mejor amiga. Me sentía en una nube.
Pero al sábado siguiente de esa festividad, tras esos días geniales, no sé por qué me dijo que teníamos que dar un paso atrás, que todo esto iba muy rápido. Yo me quedé helado, no entendía nada. Llegué a casa hecho polvo. Sin embargo un par de semanas después volvimos a vernos y de nuevo vuelta a estar genial. Ella decía que yo no era un rollo, que había algo más. Pasaban las semanas, volvimos de noche a esa playa tan especial donde empezó todo, tumbados sobre la arena me decía que íbamos por buen camino. No me lo podía creer, por fin sentía que algo iba a suceder. Al tiempo quisimos volver a esa playa a emborracharnos juntos... y después de un rato donde quiso que la cosa se calentase, sin más se echó a llorar y me dijo que estaba triste por "lo bien que la trato". De nuevo me quedé estupefacto, ¿por qué llorar de tristeza cuando te tratan bien?
Entonces ella me dijo que estaba pasando por una situación complicada a nivel personal. Conocía parte de sus problemas, pero otros se ve que con el paso del tiempo le han estallado y se los ha guardado para ella. Me parece respetable pese a la confianza mutua que existía, aunque me parecía injusto que eso salpicara nuestra historia. Me gustaba y le invitaba a que cuando estuviéramos juntos se dejase llevar. Eso pasaba a veces. Otras, no.
Una vez por Whatsapp, no recuerdo muy bien por qué, me soltó que si quisiera estar conmigo ya lo habría dicho. Eran arranques que le daban sin más, si le soltaba alguna broma o piropo reaccionaba fríamente o me respondía con cosas así. Decidí que lo mejor era distanciarme un poco. Dos semanas después volvimos a hablar. Ella dijo emocionarse (y lo percibí en su voz) al volvernos a escuchar. Quedamos para el sábado proximo. Unos días antes yo quedé con un "amigo" de aquella clase y me dijo que esta chica no era de fiar. Me sorprendió. Al vernos ella y yo me preguntó qué tal me fue con este tipo y en broma le solté que la puso un poco a caldo. Ella se indignó y me dijo que este tipo le ofreció a ella un trío junto a su novia. Me lo tomé en principio a risa, pero me indigné porque confiaba en este individuo, ya que él conocía mi historia. Estábamos fuera de la ciudad, ella dejó el coche en el parking, cogió su teléfono y vi de reojo que tenía una conversación con él. El tipo le decía algo que sinceramente prefiero omitir. Le pregunté que a qué venía eso y se puso nerviosa. Dijo que eran tonterías, que ella con ese tío sólo le seguía el rollo con sus conversaciones sexuales, sobre gustos y demás. No quiso mostrarme la conversación porque dijo que me ofendería. Al llegar a casa, con un lógico mal rollo, me puse fatal porque pensaba que me estaban tomando el pelo de la peor forma posible.
Hablé con una amiga nuestra en común y le conté el caso. Mi amiga me dijo que hablase con el tipo y me presenté en su casa. Le dijie que a santo de qué venía eso del trío. Le pedí ver la conversación y resulta que no la tenía. En fin. Le dije que por qué mi amiga me insistió en que hablase con él y me soltó "pues tío, que a X me la follé el día aquel de la cena de clase". Evidentemente no fue agradable, pero fue un mes antes de que empezásemos a quedar ella y yo, no podía juzgarla por su pasado. Las formas del tipo no me gustaron. Pero el tema está en que según él durante la conversación que medio leí la noche anterior ella decía que no estaba con nadie, y que se pensaría la propuesta del trío. Salí de allí y la llamé, le dije que me enteré de la historia y se echó a llorar. Dijo que todo aquello era rotundamente falso. Nos vimos un par de horas después pero más allá de llorar constantemente no se defendió de ningún modo, no me enseñó la conversación. ni quiso plantar cara ante la versión del tipo.
Este tipo la vez aquella que me dijo que ella no era de fiar me estuvo hablando de sus "éxitos" en esa clase. Según él cayeron muchas en sus brazos, una de ellas, según su historia, le pidió que le practicase sexo anal. Me quedé loco. Pensé en ello y el lunes decidí llamarla, ya que tenemos mucha confianza ella y yo. Le conté la situación y lo que este tío decía de ella... se partió de risa. Ante semejante reacción me la creí al instante. Ese mismo lunes la chica de mi historia me pidió conectarme a Skype.
Me conecté y la vi sonriente pero nerviosa. Dijo que le sentaban mal mis dudas y que tenía algo que contarme, me dijo que podría no gustarme. Me pidió que al día siguiente nos viéramos en persona.
Fuimos a un parque a pasear y me contó que efectivamente tuvo dos rollos con este tío. Uno en tiempos del instituto y otro la noche de esa cena, pero nada más. Me contó que en aquellos años de instituto él a través de Messenger le insitía mucho en tener algo con ella, que le gustaban gorditas y tal y cual. Ella era muy acomplejada y se lo creyó. Cuando la cena de clase me insistió en que no hubo más allá de un rollo y que se arrepintió porque apenas pasaron unos tres meses o así desde que salió de una larga relación estable. Me enseñó la conversación y vi algunos comentarios remarcados por este tipo sacados de contexto en la explicación que me dio cuando me presenté frente a él. Ella además me informó de que el tipo, sabiendo que salíamos juntos, seguía tirándole los trastos. Le dije que si todo esto era así iba a romper mi amistad con él tras doce años. Ella se reafirmó en lo dicho. Le creí.
Sobre este tipo también supe que "traficaba" con fotos de alumnas de clase, una de ellas la amiga común que me dijo que hablase con él. Ella no lo sabía, fue también en tiempos del instituto. Recibió el mismo discurso, de que le gustaban gorditas y que quería tener algo con ella... Cuando supe de la historia, con ese discurso ya escuchado, supe que durante doce años fui amigo de un sinvergüenza. También una exnovia mía recientemente me comentó que el tipo una vez le pidió verla por webcam, aunque no le dio importancia hasta que ha conocido la historia.
El caso es que tras lo sucedido, y después de un pequeño descanso por emociones tan fuertes, volvimos ella y yo a quedar. Estamos ya hablando de septiembre. Nos fuimos a comer y pasamos la tarde en una cafetería de la ciudad. Después volvimos a ese parque y me dediqué a fotografiarla. Fue un día muy agradable, tanto, que me emocioné en la despedida. Esa noche decidimos no salir y nos vimos por Skype. Ella me sugirió (no fue la primera vez) que fuera algún día a su casa. Vive en un pueblo cercano a mi ciudad, en una urbanización. Me gustaba la idea, desde luego. Alguna vez más me lo volvió a sugerir.
Sin embargo cada vez nos hemos visto con mayor distanciamiento. Yo he empezado a ponerme nervioso, de repente esos amigos con los que apenas salía tenían planes todos los fines de semana. Pero qué cosas, era volver a vernos y otra vez a enrrollarnos y decirnos lo bien que estamos juntos y lo rápido que pasa nuestro tiempo... A mí no me molestaba que saliera con amigos, simplemente... la echaba de menos.
Ella tiene por genética predisposición a sufrir una enfermedad. Durante esas semanas estaba pendiente de unas pruebas. Se las hizo, pasó un tiempo y le llamaron diciendo que habían visto algo y debía volver a realizárselas. Apenas nos veíamos, pero yo insistía en levantarle el ánimo con pequeños detalles, algunos algo moñas, pero salían de dentro de mí. Cuando fue a hacerse esa prueba decidí visitarla por sorpresa al hospital. Conocí a su madre. Desayunamos los tres juntos. Para mí era y es alguien especial, lo volvería a hacer. Pero pese a todo sus ánimos no cambiaban. Cada vez estaba más fría y yo me desesperaba más. Cometí errores, creo que me mostré impaciente a menudo. Pero sentía que era injusto que por problemas ajenos a nosotros ella a veces reaccionase de mala manera contra mí, echándome encima destellos de mal carácter. Nunca quise darle demasiada importancia, sabía por lo que estaba pasando... aunque me dolió una vez que me dijera que todo lo que estaba haciendo no iba a servir de mucho, que éramos algo más especial que una amistad corriente, pero nada más. Al menos no le detectaron nada extraño.
La última vez que nos vimos fue ya hace mes y medio. Fuimos a nuestra tetería favorita y de nuevo pasó lo de siempre. Buen rollo, besos y algo más. Me volvió a insistir en que no éramos un rollo, que no éramos follamigos ni nada así... ¿entonces? No sé...
Estas semanas no nos hemos visto en findes. Tuve uno de esos detalles moñas con ella. Le escribí a mano nuestras vivencias acompañadas de fotos. Se presentó en mi tienda de nuevo por sorpresa y me dijo que en llegar a su casa nos conectaríamos a Skype y lo leería delante mía. Eso no sucedió, dijo que se pondría a llorar y que no estaba en condiciones. De nuevo, renunció a dejarse llevar.
Desde entonces no he vuelto a verla en persona. Mis bromas, mis comentarios de ánimo... todo parece sentirle mal o no provocarle ninguna reacción. La semana pasada ya, se empeñó en chincharme diciéndome que no entendía por qué me gustaba una película en concreto. La vi un tanto arisca en sus formas. Quise gastarle una broma y reaccionó de pena, de auténtica pena. Ya estaba cansado de ser su saco de boxeo y le mandé un email donde le dije lo que sentía por ella y lo mucho que me molestaba saber que no iba a suceder por todos estos altibajos en su carácter.
Me dijo de vernos por Skype, pensé en no hacerlo pero si tenía que decirme algo creo que era mejor que lo hiciera con su voz y no por escrito. Me pidió disculpas, dijo que no quedaba conmigo porque no quiere que la vea en ese estado, que está muy triste y se echa a llorar sola a menudo. No terminé de entenderlo porque seguía saliendo con amigos. Me dijo que sabía que si volvíamos a vernos nos íbamos a liar, que sentía por mí una atracción que sólo ha sentido por sus parejas. Yo, la verdad, no sé qué pensar entonces. También dice que no le sería de agrado verme con otra, pero dice que eso no son celos... Todo muy raro. Le dije al finalizar la conversación que el lunes (el de esta semana) le diría qué decisión iba a tomar respecto a ella, si iba a hacerme a un margen o no.
Nos conectamos de nuevo el lunes, le digo que mantengo la idea de "desaparecer" pero abierto a que ella sea la que sugiera cosas. Que si de verdad se siente a gusto no dude en pedirme vernos, y que ya que estamos podríamos hacer en ese plan algo que realmente tuviéramos ganas... y sale el tema de su casa. Entonces, después de todas las veces que me lo ha ofrecido, dice que no va a ser posible. Dice que una vecina (pareja del mejor amigo del ex) la tiene muy controlada, que se siente espiada y que no es momento. Además dice que le choca la situación de meter en su casa a un hombre después de que allí viviera su ex, dice que hay que ponerse en el lugar de otros. Le dije que lo de espiarla era lamentable, y que nosotros debíamos hacer nuestra vida sin pensar en gente ajena que ya no nos influye. Dijo tener medio clara la situación, sonrió de buena manera y me dio la sensación de que compartía mi opinión.
Sin embargo al día siguiente dice que ese plan debe aplazarse. Le digo que si es por lo de que no la vea esa gente podemos hacer otra cosa. A través de una web de ofertas encontré una estupenda para irnos a un hotel con spa y pasar una bonita velada. Me dijo que por la noche me comentaría... ¿Y qué dijo? Que tampoco, que ya no podía gastar más dinero y que ese fin de semana donde podríamos haber hecho algo lo va a tener ocupado, lo cual implica que ya no podríamos vernos hasta después de las fiestas navideñas. Por teléfono mostré mi desencanto, quizás demasiado, pero jamás quise dar a entender que era o un plan de esos dos o nada. Sin embargo la despedida fue fría. Tampoco tuve mis mejores días previamente.
Total, al día siguiente por la mañana le mando un mensaje de Whatsapp diciéndole que hay que animarse y no desistir ante las cosas que nos apetecen... de buen rollo, vamos. Pero me suelta que lo que yo quiero que pase (a nivel de pareja) no va a suceder, y que me enfado por no aceptar que no puedo ir a su casa... Todo se saca de quicio, le digo que eso no es cierto, hay bronca y termino bloqueándola de mis redes sociales. Desde entonces un par de llamadas teléfonicas, donde está arisca y dice no querer hablar, y un email mío del que no espero respuesta pero donde al menos manifiesto lo que realmente ha pasado. Todo está sacado de quicio, pero no tiene pinta de ir a mejor.
Debo hacer mi vida, pero es difícil olvidar lo bueno que viví sobre todo al inicio de esta historia. Me gustaría que ella cambiase esos ánimos a mejor y se dejara llevar. Es como si tuviera pánico al "qué dirán" si empieza una relación. No le veo sentido a que diga que esto no es un rollo pero que luego descarte totalmente algo. Yo no se lo he pedido abiertamente, ella misma en el pasado decía que íbamos por buen camino... no sé, ella sabe lo que siento y sin embargo ha seguido estirando el chicle, sabiendo que eso puede hacerme daño. ¿Es una aprovechada o es que se acobarda cuando llega un momento en el que estamos yendo a más?
¿Qué haríais vosotros?, ¿hay maneras de reconducir esto?
Un saludo.
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