Mi novia y yo llevabamos juntos un año y medio. Con nuestros altibajos, pero en cierto modo felices y con la vista puesta en el futuro. Ella era de Málga, yo de Madrid y si bien las relaciones a distancia son difíciles, no habia quincena que no fuera a verla a Málaga. Des pues de un año de viajes, ella decidió venir a Madrid.
A partir de ese momento las cosas fueron empeorando, en un principio de forma muy lenta, pero acelerando según llegaba el final. Se puede decir que fuí un novio modélico. Es decir, siempre que me necesitaba estaba allí, no protestaba, intentaba comprender todas sus decisiones. Es decir, intentaba que la relación fuera casi perfecta.
Cuanto más me esforzaba yo por mejorar la situación, más desagravios realizaba ella. No es que lo mire desde un punto de lado subjetivo, sino que en más de dos semanas no desee verte en ningún momento [Debido a sus estudios, según comentaba. Que no niego que sean difíciles] pues crea alguna desavenencia.
No obstante, después de una larga charla, acepte unos nuevos horarios mucho más restringidos, en que a veces sus amigos estaban por delante de mí. La relación era idílica, más que nada, porque era imposible quejarse, la relación la manejaba ella, y yo no protestaba. [Algunos me llamaran calzonazos. Pero la quiero tanto, que haría cualquier cosa por ella]
Pero, ayer por la noche, me llamó. Y me dijo que estaba distante y pasivo. Unos 4 días antes me decía que Me quería con locura. Dijo que se había perdido la pasión, que ya no exístia química. [Lo típico, a la hora de dejarte]
Le pregunté, que si lo de los días anteriores era mentira, y me dijo que no. Que me seguía queriendo mucho, pero que nos faltaba la pasión. [No sé a que pasión se refiere, cuando la mayoría de las veces me la como a besos]
Ante, tal tesitura, decidi portarme como un caballero. Comprender la situación y aceptarla con un resignación. No sin antes, decirle, de forma educada, la versión de mi historia. Ella al oírla se echo a llorar, y a decir que no era su culpa. En ningún momento dije que fuera su culpa, sólo expuse los hechos desde mi punto de vista.
Ahora, pues estoy dolido; y con ganas de llamarla para intentar retomarlo. Pero, recapacito y me doy cuenta que, aunque volviera la situación se repetiria en un bucle, ya que el problema no parte de mí, sino de ella.
No obstante, en cierto modo, todavía sigo atado a ella. Vino a Madrid por mí. Dejo sus estudios y familia por empezar aqui y ahora ocurre esto. Pues en el fondo me da rabia de que las cosas salgan mal, y hasta cierto punto me sienta responsable de ella.
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