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Hay dos interpretaciones posibles de la retirada de Monedero:
1) El conflicto entre los que quieren conservar la pureza ideológica y los posibilistas.
Podemos nació entre grupos de izquierda bastante radicales, entre gente para la que IU era demasiado moderada y querían algo más radical. Pero ahora que empiezan a oler poder se encuentran con que en España el radicalismo no gana elecciones, y si quieren sumar votos no les queda otra que vender la burra de que en realidad son mucho más moderados.
¿Qué es preferible, mantener los principios y quedarse eternamente con un puñado de diputados, o alcanzar poder al precio de tragar carros y carretas? Pablo Iglesias ha optado claramente por lo segundo; si nos creemos lo que ha dicho Monedero, él opta por los principios.
2) En un partido como Podemos, que se pasan el día repitiendo que son los únicos honrados y los únicos que representan al pueblo, y que todos los demás son la casta, son corruptos, etc., ahora se encuentran con que la mujer del César, además de ser honrada, tiene que parecerlo.
El tema de Monedero les está haciendo bastante daño, porque están demostrando que a la hora de la verdad actúan como todos los partidos: si salta un escándalo, se agarran al poder hasta que no les queda otra.
Para evitar ese perjuicio en términos de imagen, les convenía sacrificar a Monedero. Y si encima se sacrifica vendiendo la burra de que lo hace por coherencia ideológica, y que va a seguir en el partido como ideólogo, velando por la pureza original, eso puede hacerles recuperar los votos de la gente más de izquierdas, que han ido perdiendo por la estrategia posibilista.
Así, matan dos pájaros de un tiro: se quitan un lastre y encima venden que en el partido hay gente que se preocupa de verdad por los principios y que velará en la sombra por ellos.
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