El hombre desde que tiene consciencia de sí mismo se ha venido haciendo preguntas que casi nunca han tenido una respuesta sencilla y cuando se ha intentado responder a esas preguntas casi siempre se ha recurrido al mito y después cuando el mito ha sido codificado y normalizado se ha convertido en religión.
Pero con el tiempo el hombre descubrió las posibilidades de la ciencia y poco a poco se va desterrando el mito y la religión al ámbito de la intimidad de cada alma y a los guiones cinematográficos, que es donde tienen que estar.
No obstante, aunque la ciencia ha avanzado una barbaridad nos encontramos con que sigue habiendo preguntas que no podemos respondernos sin tener que recurrir de una manera racionalmente mitológica a nuestro ser interior en busca de una respuesta que conecte con lo trascendente que se supone todos llevamos dentro a fin de hallar una respuesta a cuestiones tales como de dónde venimos, a dónde vamos, quiénes somos realmente, qué finalidad tienen nuestras existencias o... ¿qué somos en éste caso que estamos aquí en éste foro?
Pues yo os voy a contestar queridos amigos que somos náufragos del amor, hombres a los que de una patada nos han lanzado a morder el polvo del camino y nos han abandonado a nuestra suerte con la certidumbre de que en un océano de soledad sólo nos espera la muerte.
Pero no desfallezcáis, hay una isla en la que podemos refugiarnos, donde los náufragos encontramos refugio junto con los padres, los novios y los maridos de las que nos patearon alguna vez: el puticlub.
Aguantad hermanos.