Admito lo que decís; quizá, como dice Noir, más que carente de causa, lo que sucede con esa clase tristeza intempestiva es que no sabemos descubrir su verdadera causa, y quizá también, como apunta NBCH (¿Nunca Bebo Con Hombres? ¿Nadie Besa Como Hortensia?, me pregunto qué esconderá semejante acrónimo), la tristeza derive de un desconocimiento interno de uno mismo. Ahora bien, tampoco hay que verla como antagónica absoluta de la felicidad, podría serlo si se perpetuase hasta el punto de hacer de la vida un infierno, pero en pequeñas dosis yo creo que tampoco resulta tan nociva, hasta me atrevería a decir que unas ligeras gotas de melancolía son incluso beneficiosas para el alma, cunado menos acostumbran a ser inspiradoras del espíritu creativo.
|