Es maravillosa y la reconoces independientemente de la edad que tengas. Hay personas que se asustan de esa química fortísima y huyen del otro en vez de aproximarse. Personalmente pienso que, en una sociedad de apariencias, la gente le tiene miedo a lo auténtico. Ese tipo de atracción no se pierde con el tiempo, ambas personas no dejan de abrir puertas en el otro y en sí mismas.
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