Quizás necesita tiempo y distancia para poder ver objetivamente que la forma en la que actuó contigo no estuvo bien. Si es una buena persona, ese día es casi seguro que llegará, pero si no es así, puede quedarte el consuelo de no haber sido tú quien traicionó; mientras puedes aprender de lo vivido.
No siempre llega el "lo siento", por mucho que el ofendido lo merezca, pero en ocasiones, el llegar a perdonar a quien nos hizo daño puede ser la forma de cerrar el capítulo y mirar hacia adelante, como dije, esos malos momentos nos enseñan más de nosotros mismos y si sabemos manejarlos, terminan haciéndonos mejores personas.