No tiene porqué ser malo, aunque es bastante recomendable un tiempito de "desintoxicación" para permitir que nuestro cerebro se desenganche de las rutinas asociadas a la otra persona. A partir de que la pareja se deshace, empezamos una etapa nueva, en la que ya conviene cambiar el chip. Cuidado con caer en lo de ser "amigovios".
El mayor punto de inflexión de este tipo de amistad es cuando llega el momento en que uno de los dos se echa novio o novia y el otro pasa a ocupar un segundo plano en su vida.
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