Para los hijos es más trauma convivir con dos padres que son infelices juntos, que felices separados. De todas maneras, si se gestiona la separación con respeto, consideración e inteligencia, no tiene porqué haber trauma alguno.
Lo digo porque si esa es la única razón para no separarte, vamos, que no es razón a día de hoy. Y si esa no es la razón, mejor sé sincero contigo mismo. Y en otro orden de cosas, quedarte ahí fingiendo que quieres a tu mujer para no cambiar tu vida, es una decisión que deriva en que tu mujer pierda años, juventud y posibilidades para poder tener una relación con alguien que sí la quiera, sobre todo si vive engañada creyendo en lo vuestro y apostando por ello.
A tus hijos les seguirás viendo crecer, no desaparecen porque te separes.
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