Pues a mí me pasa como a muchos de vosotros.
El primer beso fué de muy pequeño. Tendría yo seis años y la chica con la que me besé ocho, pero fué una sensación muy bonita. Eso sí, el primer beso de verdad no llegó hasta los veintidós, pero la espera valió la pena.
¡Qué beso, chicos!. Lo recuerdo como si fuese ahora mismo: empezamos con unos piquitos en las mejillas, a la altura de la oreja, y fuimos avanzando lentamente hasta llegar a los labios. Unos pocos piquitos más y conseguí abrirle la boca poco a poco hasta llegar a la lengua.
¡Ooooh, qué placer!. Nunca olvidaré esa noche. 30 de Julio de 1992
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