Usuario Experto
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Esto lo escribí hace dos años, la primera vez que entré en el foro. Es bastante largo pero creo que deja clara mi ídea sobre el determinismo.
Intento recordar la primera vez que abrí los ojos...
Me había quedado solo, no había nadie a mi alrededor, ni familia, ni amigos, nadie... Se habían agotado todas esas fantasías... Donde al final el “bueno” prevalece mágicamente ante la adversidad y la vida le recompensa con creces todo aquello que él piensa que le debe.
Ser una estrella de rock, ya no era una posibilidad, ni volver a nacer, ni ser un actor famoso. Ni que todo el mundo te quiera y te adore. Empiezas a darte cuenta de que no tendrás ese cochazo, ese chalet, ese sexo salvaje con multitud de mujeres, a veces extraídas de tu entorno y otras del porno. Que esa herencia de un tío millonario desconocido, o esa lotería a la que nunca has jugado, no va a llegar nunca.
Pero eso no es lo peor, lo peor es que aceptas que nada de eso puede hacerte ya feliz. Porque en el fondo, sabes que ya tuviste un coche que destrozaste, ya tuviste una mujer que considerabas atractiva pese a que te despreciaba, ya tuviste un dinero que te puliste en montones de nada, ya fuiste famoso a tu manera en las ciudades donde viviste, o escribiendo pamplinas alcanzaste un somero éxito que te envenenó casi como si hubieras alcanzado el mismísimo estrellato. Y no fuiste feliz con nada de eso.
Y entonces ocurre.
Si no hay nadie, si solo quedas tú. Se acaban las voces de los otros, se acaban las interferencias, se acaban las excusas. Estás solo contigo mismo y todos tus remordimientos y ya no te queda a nadie a quien culpar. Y te ves por primera vez tal y como en realidad eres.
Ves a un niño escondido en un rincón, raquítico calado de frío hasta los huesos y aterrorizado que está llorando. Y eso te conmueve, apagas la ira y el odio.
Y eliges... Lo abrazas por primera vez en tu vida. Le dices que todo va a estar bien, que le vas a cuidar, que estarás con el siempre pase lo que pase, que no tenga miedo. Que sí no le quiere nadie, le quieres tú, que nunca mas estará solo que te tiene a ti, que le llevarás de la mano hasta el mismísimo final. Y es lo primero que sientes que has hecho en toda tu vida usando solamente el corazón, tu primera acción noble. Le quieres dar todo lo que sientes que tu no has tenido.
Te sientes como si volvieras a nacer. El mundo vuelve a recuperar todos los colores poco a poco, y ves el azul y lloras, porque con 27 años no sabías cual era tu color favorito y es maravilloso saber cosas así. Y la comida empieza a tener sabor, y descubres que aquello que tu veias normal, en realidad se llamaba hambre y tenías décadas de hambre a tus espaldas. Y sigues viendo mas y mas cosas de ti que no sabías. Empiezas a descubrir que no eres lo que te decían los demás, que te han mentido, que no tienes porque ser malo, ni feo, ni desagradable. Que puedes elegir lo que quieres ser...
Y dejas de sentirte solo. Porque no estás solo. Te tienes a ti mismo. Y una sensación cálida, que es algo físico que emana desde tu interior te reconforta, y redescubres que eso es sentirse bien... Y no paras de recordar momentos de tu infancia en que estando solo te sentías así, tumbado mirando al cielo en tu jardín, sobre la arena mirando al mar. En la cama acostado con la mente vacía en las noches de verano. Y eres prácticamente igual, que hace unos meses pero eres feliz por primera vez en toda tu vida adulta.
Y todo cambia.
Aprendes a caminar de nuevo, a mirar a la gente, a tratar con personas sin miedo. La gente te mira de otra forma, notas aprobación en completos desconocidos, despiertas interés en algunas personas, la gente te trata bien, se acerca a ti, y apenas te atreves a hablar, porque no necesitas decir apenas nada. Pero cuando hablas, te escuchan... Y entonces...
Llegó una mujer, la conocí despierto y la perdí dormido.
Lo escribo y se me empañan los ojos. Y no entiendo como me he olvidado de todo esto, como pude volver a dormirme después de haber despertado.
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