Para responder a la duda que planteas, previamente deberías tú responder (o, mejor dicho, responderte a ti misma) otras cuestiones que son fundamentales en este caso:
- ¿Posees los suficientes recursos y medios de vida propios (trabajo, vivienda, etc) para permitirte vivir por tu cuenta?
- ¿Podrías cuidar y mantener con cierta solvencia a tus dos hijas con tales ingresos, unidos a la pensión que en su caso deba pasarte por ley el padre?
- ¿Estarías dispuesta a tirar para adelante tú sola con tus hijas, con el esfuerzo personal que ello supone?
Si las respuestas a estas tres preguntas son positivas y entiendes que la convivencia con tu marido ya no te llena en absoluto, entonces sí que deberías plantearte la posibilidad de separación. En otro caso, ten cuidado con la decisión que tomes, porque una separación con hijos de por medio es muy traumática para ambas partes.
Por otro lado, debes tener en cuenta que la convivencia continuada supone mucho desgaste en una pareja, por lo que es normal que disminuya con el tiempo la pasión y todo lo relacionado con ella: arrumacos, frases cariñosas, besos, etc. Eso es algo que suele suceder en una gran mayoría de parejas, sin que tampoco signifique necesariamente que hayan dejado de quererse sus miembros. Lo que sí hay que procurar es que tal disminución no llegue al extremo de una total desaparición.
En fin, piensa mucho la decisión que tomes y, sea ésta la que sea, te deseo mucha suerte