Un cuarto de alma,
y un sexto de mi corazón,
es hoy mi ser ya no completo.
Quien en el frío mar,
y en pena ahogado
intenta liberar manotazo.
Un alma más muerta que viva
donde la esperanza emigró,
el lugar que el amor olvidó,
en el paraje desierto
aquel antes lleno de frutos,
y poblado de flores variopintas,
aquí yace mi cuerpo,
que aun camina y respira
con una fracción de concencia
y un alto porcentaje
de volátiles sueños,
quizás tal vez esperando la esperanza.
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