Odiaba que yo le hablase y no me mirase.
Odiaba que yo le pidiera que me escuchase y él se diera media vuelta y me dejase con la palabra en la boca.
Odiaba que cuando le contaba algún problema de nuestros hijos él me dijera que eso eran tonterías.
Odiaba la manera en la que trataba a nuestro hijo porque no era el típico niño que él deseaba como hijo.
Odiaba su forma de acorralarme para tener relaciones.
Odiaba su manera de besarme y de lamerme, aquello me sacaba de quicio.
Odiaba su forma de conducir, debe ser una de las personas que más accidentes ha tenido en su vida.
Odiaba su forma de mentirme.
Odiaba que regresase de sus viajes, llegué a desear que no volviera nunca, jamás me llamó para decirme he llegado bien o para preguntar por sus hijos.
Odiaba que me sacará dinero de la cuenta.
Odiaba su forma de gastar dinero a manos llenas.
Odiaba su forma de aprovecharse de su madre.
Odiaba su presencia.
Lo odiaba a él, se lo ganó a pulso.
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