Fumaba 2.5 cajetillas de cigarros al día, así no hubiera para comer, la casa tenia ceniceros en cada habitación, hasta en el lavaplatos.
También tenia una manía; prendía un cigarro cada vez que cruzaba la puerta para salir, pero eso era absolutamente siempre.
La palabra disculpa o perdón no existía en su diccionario.
Era insaciable.