Estás impaciente y eso no es bueno, sobre todo si esa impaciencia se la transmites a ella. Ya te ha dicho que día a día, pues sólo te quedan dos opciones: aceptar y que sea ella la que marque el ritmo, o hacer tu vida (porque tampoco tienes obligación de estar esperando a que sea ella la que diga cómo deben ser las cosas).
Tú decides.
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