Nunca he tenido un ataque de ansiedad para considerarlo un problema en mi vida, pero sí he vivido episodios ansiosos donde era complicado encontrar la calma.
Una de las cosas que hago últimamente, cuando noto que pierdo un poco el aire por los nervios o el corazón me late más deprisa, es leer libros nuevos. Meterme en una nueva historia y mantener la distracción en casos leves donde los problemas no son tan grandes como parece, me viene muy bien para despejarme.
Lo que hacía antes (y todavía a día de hoy, a veces) es comer chocolate. Me encanta, me relaja y me pone bien por un rato. Si tengo estrés o ansiedad, recurro a ello. El problema es que la sensación dura unas horas, no todo el día.
|