Esto lo tienes que hablar con tu mujer, es ella la depositaria de las supuestas miradas lascivas, es ella quien tiene que poner los límites. No es una niña pequeñita a la que hay que defender de un pervertido malvado, es una adulta y por alguna razón que ella sabe, está entrando en el juego de las miraditas, ya sea por subirse el ego o por sentirse deseada. En fin, que en tu caso lo mejor es que se lo comentes, le digas que te incomoda y que se corte con el tema.
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